A diferencia de la PCR normal, la muestra necesaria es una pequeña cantidad de saliva (2 mililitros) que el mismo paciente deposita en un recipiente. Solo requiere que no haya comido en los 30 minutos anteriores.
A esta mayor comodidad para el usuario, ya que no requiere la introducción del hisopo en la nariz, se une el hecho de que es más rápida que la PCR normal, con lo que se evitan tiempos de espera.
Según informa el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (https://www.ecdc.europa.eu/en/covid-19/latest-evidence/diagnostic-testing), los estudios de pruebas de saliva tienen una sensibilidad equiparable a las pruebas nasofaríngeas con hisopo en COVID-19, e incluso un estudio mostró que la saliva era la muestra más apropiada para el diagnóstico de Sars-Cov-2. Concluye el centro que la saliva ofrece una muestra no invasiva.
Desde el laboratorio del Grupo Policlínica, su responsable Maribel Medina insiste: “cada prueba tiene sus ventajas y limitaciones, así que, dependido de cada caso (síntomas, fecha de inicio de éstos, contactos, etc…) su médico indicará la prueba más adecuada a su situación clínica, y siempre buscando la mayor efectividad posible”.
Un paso más, que nos acerca al fin de esta pesadilla, mientras esperamos la llegada de la vacuna.
Más información y citas: 971 30 23 54