Hablamos con el Dr. Juan González del Pino, nuestro experto en cirugía de la mano, muñeca y microcirugía:
Pregunta: Cada día aparecen nuevos hallazgos en distintas especialidades médicas de problemas y secuelas asociados al coronavirus… ¿También en su especialidad, la cirugía de la mano?
Respuesta: No ha habido ninguna patología en la historia de la Medicina tan profunda y rápidamente estudiada como la producida por el coronavirus. En apenas 1 año se han publicado más de 87.000 artículos en revistas científicas, o sea, unos 240 al día: estudios clínicos, de tratamiento, experimentación, epidemiología, prevención, vacuna… Los médicos de todas las especialidades y otros profesionales de la salud hemos participado de forma activa en este inmenso cuerpo clínico y de investigación. Pero a pesar de este conocimiento cada día descubrimos algo nuevo. Ese es el caso de los problemas que he encontrado recientemente en la mano de 8 pacientes, que curiosamente apenas habían tenido síntomas de Covid-19: pérdida de olfato o gusto, «catarro», dolores musculares…
Pregunta: ¿Coronavirus y mano? ¿Cómo empezó a darse cuenta de que un problema de la mano podía ser derivado de haber padecido coronavirus? ¿Qué le llevó a pensar que era así?
Respuesta: En octubre de 2020 atendí a un hombre de 72 años con atrofia de la musculatura de ambas manos que se había producido en un brevísimo periodo de tiempo. Tenía una parálisis del nervio cubital, responsable de la sensibilidad de los dedos anular y meñique, del movimiento fino y preciso de los dedos, y de parte de las funciones de la pinza del pulgar. Me aseguraba que hacía 3-4 meses no tenía esas deformidades y que utilizaba las manos con total normalidad. Al preguntarle sobre enfermedades previas o actuales me indicó que había sufrido infección por coronavirus. Empecé a relacionarlo con la situación clínica y descubrí que había una causa-efecto entre el Covid-19 y las atrofias musculares de las manos.
En noviembre atendí a varias mujeres de entre 45 y 65 años con una evolución idéntica y que igualmente habían estado infectadas por Coronavirus. El patrón se repetía: enfermedad en la primera ola y desarrollo de atrofias musculares en verano, o enfermedad en la segunda ola y establecimiento de la parálisis entre noviembre y diciembre. Como estos pacientes no tienen dolor, solo son conscientes del problema cuando ya han perdido la forma, la destreza y la fuerza de la mano. El signo más evidente de la desaparición del músculo es el hueco que deja en su lugar.
Estos pacientes se estudiaron con pruebas específicas de conducción nerviosa, constatándose un bloqueo agudo y casi completo de la actividad nerviosa en un túnel estrecho en el codo, lo que en términos prácticos se asemeja a una sección o corte del nervio.
Pregunta: ¿Cómo se está resolviendo estos problemas?
Respuesta: Dada esta rápida evolución y la comprobación del bloqueo casi completo de la actividad nerviosa mediante los estudios específicos, pensé que la cirugía de liberación sería la única forma de resolver la situación y que debía hacerlo de manera inmediata. Ya he intervenido los primeros pacientes y los hallazgos son sorprendentes: el nervio discurre entre dos huesos unidos por un ligamento que se encoje, endurece y le «cierra el paso», como si hubiera sido estrangulado por una brida apretada al máximo. Se tiene la sensación de que el conducto del nervio está vacío, como si no hubiera nada dentro: los cables que permiten la transmisión nerviosa están extremadamente adelgazados, asemejando un reloj de arena. Tras la cirugía de «dar espacio al nervio», en los primeros días estos pacientes han notado recuperación de la sensibilidad, parcial de momento, coordinación de los movimientos finos de la mano y desaparición de las deformidades en garra de los dedos. Aunque no se puede presuponer el éxito a largo plazo, los resultados preliminares son extraordinariamente esperanzadores.
Pregunta: ¿Hay alguna patología más de la mano que pueda estar relacionada con el coronavirus?
Respuesta: Otra patología de los nervios de la mano que he tenido oportunidad de tratar es el síndrome del túnel carpiano agudo que se desarrolla en mujeres de mediana edad afectas de Covid-19. En este caso no se produce parálisis, sino un dolor repentino e hiperagudo, brusco y violento, que se manifiesta en los dedos pulgar, índice y corazón, y que se incrementa por la noche, impidiendo conciliar el sueño. Algunas ya tenían síntomas leves antes de contraer la infección y se agravaron bruscamente, y otras eran totalmente asintomáticas. En todos los casos el dolor les hace despertarse varias veces, obliga a levantarse, meter las manos en agua fría o caliente y moverlas para mitigar, sólo parcialmente, el dolor. Y así durante semanas. Los estudios de actividad nerviosa reflejaron igualmente afectación grave del nervio mediano a su paso por la muñeca. El denominador común en todas ellas es haber pasado la enfermedad en primavera o a la vuelta del verano.
Era evidente de que el nervio estaba sufriendo un atrapamiento grave en el interior del túnel carpiano y que se imponía una cirugía inmediata de liberación: el ligamento se había escogido y apertura del mismo produjo la desaparición absoluta e inmediata del dolor y la recuperación de la sensibilidad.
Pregunta: ¿Cómo suele evolucionar la enfermedad en estos pacientes y cuál es el tratamiento más eficaz? ¿Existe un tratamiento definitivo?
Respuesta: Probablemente otros especialistas en cualquier parte del mundo lo habrán visto también, pero hasta la fecha no se había publicado nada que relacionara al coronavirus con estas patologías. Aunque la problemática de las compresiones nerviosas que afectan a la mano es conocida, lo inédito y llamativo es la velocidad con que se instaura el problema: parálisis producidas en 2-4 meses y no en 10-15 años, que es lo normal cuando el nervio cubital se atrapa en el codo. A pesar de no tener un conocimiento completo de estos problemas en los pacientes con Covid-19, la lógica dice que cuanto antes se saque el nervio del túnel que lo estrangula, mayores son las posibilidades de recuperación, por eso la cirugía inmediata es en mi opinión la única forma de tratamiento: si no se hace rápidamente los músculos atrofiados degeneran, se endurecen y pierden su capacidad de recuperación. No puedo predecir la evolución a largo plazo, porque las toxinas del virus también dañan la fibra nerviosa, pero esta cirugía permite recuperar el riego sanguíneo del nervio y ayudar de forma evidente a su recuperación.
Pregunta: Además de los nervios de la mano, ¿afecta a alguna otra zona de los brazos?
Respuesta: El Covid-19 también afecta al sistema músculo-esquelético de los brazos. He atendido pacientes con «codo de tenista» y diversas tendinitis de la muñeca. También se agrava la llamada enfermedad de Dupuytren, que consiste en la retracción de los dedos, especialmente el anular y meñique.
Pregunta: Por último, ¿algún consejo o llamamiento a la población sobre este tema?
Respuesta: Aconsejo a aquellos pacientes que debuten bruscamente con dolor y adormecimiento en las manos (sobre todo por la noche), y a aquellos que noten cómo adelgaza su mano y pierden la habilidad de uso, que acudan al especialista de Traumatología o a un experto en cirugía de la mano.